jueves, 1 de agosto de 2013

LOS PRIMEROS AÑOS DE GENERAL CONESA


Reseña histórica de Conesa 

(texto del archivo provincial):

Periódico La Calle del 12 de octubre de 1979.

Autor: Héctor  D. Rey.


La historia de esta ciudad aparece como una curiosa alternancia de períodos de progreso o expansión con otros de decadencia o estancamiento. Veamos:


 

1)      Río arriba desde el Carmen: dos pasos adelante…

Las ondas de la modernizante política instaurada en Buenos Aires tras la batalla de Caseros (1852) llegaron hasta la vieja y estancada colonia fundada por don Francisco de Viedma en 1779 a orillas del río Negro. Las comunicaciones y transportes se hicieron ahora más rápidos y seguros, las transacciones comerciales aumentaron, la producción –especialmente la pecuaria- se expandía… todo ello tenía su correlato en la expansión demográfica epicentro en el Fuerte de Patagones. Expresión de ello fue la fundación de Guardia mitre en 1862. Entusiasmado el Estado Nacional en 1869 pretendió dar el gran paso de ocupar la mismísima Choele Choel (punto neurálgico del ganado maloneado por los indios rumbo a Chile) pero fue demasiado para Callfucurá: bastó una amenaza de éste para que las tropas se retiraran.

       2)… Y un paso atrás: la fundación de Conesa

En efecto, “ sino se fortificaba Choele Choel por el momento, un nuevo fortín debía surgir en la frontera rionegrina para afianzarla y para dar seguridad a la fuerte colonia de Boca de la Travesía o Bajada del turco…” nos cuenta Emma Nozzi en su riquísimo “Carmen de Patagones y la Fundación de Fortín Conesa historiadora “Este nuevo reducto debía taponar la entrada o “boca de arriba” de la Primera Travesía del Norte” a 30 leguas aguas arriba de patagones, y a 9 leguas de la “boca de abajo” o “bajada del Turco” que era lo que directamente interesante resguardar”.
Con este objetivo partieron, desde Patagones, el Comandante de este punto, Teniente Coronel Mariano Ruiz por tire; y el Sargento Mayor de Marina Clodomiro Urtubey por el Río. La nave de éste llegó a destino el 14 de octubre de 1869 “e inmediatamente las fuerzas del Comandante de patagones procedieron a levantar el fortín”, nos relata documentadamente la autora nombrada, sobre la margen izquierda del río.

3) Los primeros oscuros años: Conesa Indígena

Recién a 10 años de su fundación se tienen datos fidedignos de la evolución de este asentamiento cuando se transforma en Colonia Indígena, con base humana en un millar de indios de Catriel, traídos del fortín “Conciliación” (cercano a Patagones) con ración, arados y bueyes.
Pero este proyecto, de hacer de Conesa una colonia indígena fracasará. La generalidad de los testigos de este momento coinciden en describir un cuadro de abandono y declinación deplorables. Tales testigos no están, sin embargo, de acuerdo en los motivos. Para algunos es la natural desidia india (A. Raymundo); para otros, en fin, es el abandono oficial, la aridez, la plaga de viruela que azotó a la flamante población, el cambio parcial de localización (de la margen norte al sur), la movilización militar, etc. Básicamente creemos que la causa se encuentra en la tradición cultural del indígena- más inclinado a la ganadería- que coincidía con el condicionamiento climático que forzaba, también a la ganadería y no a la agricultura ya que no había riego.
 Precisamente en 1833 se creó oficialmente una Colonia Agrícola en Conesa pero en la práctica lo que ocurrió fue que se transformó –por las razones antedichas- en una colonia ganadera ya que los pocos cultivos que se hicieron lo fueron sobre las húmedas riberas.
Hacia 1887, Biedma no da un panorama pretendidamente optimista aunque sus habitantes son sólo 250 predominio siempre el elemento criollo.
Hacia fin de siglo nos cuenta Carvajal que los habitantes son unos 300 habitando unas 600 viviendas. Los servicios públicos con que cuenta Conesa son  Juzgado de Paz, Comisaría, Telégrafo y 3 escuelas dos de ellas salesianas, verdaderas avanzadas de cultura en esta población.

4) El progreso con el nuevo siglo…

 El que la inundación catastrófica de 1899 no la haya afectado prácticamente fue un augurio de lo que los primeros años del siglo traerían para Conesa.
En efecto, al promediar la 1º década de 1900, las crónicas se refieran a Conesa exhumando cierto optimismo que parece fundamentado. Síntomas de esta nueva situación son, por ej. Las dos bibliotecas existentes, la escasez manifiesta de mano de obra, el hacho de que “Por todo el pueblo no se ven más que ladrillos no dan satisfacción a la demanda. Otro ejemplo lo configura el serio intento, de la Sociedad Anónima para la Navegación del Río Negro de comprar un vapor. Finalmente, cuando al vapor ya estaba encargado en Glasgow, el capital societario no alcanzó a integrarse totalmente y el proyecto fracasó, la sequía de 1909 fue el argumento más utilizado por los renuentes a completar el aporte prometido. Es posible que así haya sido. Y es posible también que tal sequía haya marcado el límite de las posibilidades de expansión de Conesa. La falta de riego para dinamizar la agricultura y la deficiencia de transportes y caminos seguían condicionando el progreso de la zona.
Pero ¿a qué se debió, no obstante, este súbito –aunque limitado- florecimiento de Conesa? En nuestra opinión se debió a dos factores, básicamente. Ala actividad del comercio generando por el Puerto de San Antonio, que había comenzado su vida por entonces. Y haberse transformado (Conesa) en epicentro de comunicaciones. Ello ocurrió en gran medida gracias al ferrocarril del sur de Bahía Blanca al alto valle (1899) ya que éste al pasar por la actual estación de Río Colorado, dejaba a Conesa en inmejorables condiciones para las comunicaciones norte –sur. Y también lo siguió siendo de Este (Patagones-Viedma) al oeste (Alto Valle). Justamente esta nueva situaciones la que explica que sea Conesa donde se haya conformado la sociedad para la Navegación del Río Negro; y expresión también de esta nuevo papel  en las comunicaciones que cumple Conesa, es el hecho que recibe correspondencia en sólo 2º4 días, desde Bs. As., mientras que para llegar a Patagones tardan el doble.

      5) …y el decaimiento hacia 1920.

La descripción que un inspector de tierras hace de Conesa en ese momento es francamente decadente, dice:

Comunicaciones: la vialidad es deficiente, y si no se puede decir que este centro de población se encuentra aislado, en cambio, los medios de comunicación son difíciles y costosos. No hay caminos carreteros en buen estado. Por otra parte los puntos de embarque se encuentran a respetables distancias. El mercado más próximo al cual afluyen los productos de la zona como ser: alfalfa, cereales, carnes y cueros es el puerto de San Antonio. El movimiento de carga es muy poco importante.

Población: …la primera impresión que se recoge al llegar a Conesa es la de soledad, parece deshabitada, y esto obedece a que en proporción de los habitantes la extensión del ejido urbano es desproporcionada. Demasiado pueblo para tan pocos habitantes.

Progreso: la actividad, en todos los órdenes del movimiento y la vida comercial falla casi en absoluto, y esto se traduce en la decadencia que se viene acentuando desde años atrás.
Y hablando del fracaso de la Colonia Agrícola dice “el estado precario de esta colonia es el reflejo exacto del grado de decadencia del pueblo General Conesa.”
Y como si fuera poco el río carcomía rápidamente la costa donde se asentaba el pueblo, amenazando con partirlo en dos.
Agreguemos que los habitantes del pueblo eran 869 en 1912 y 938 en 1920.

       6) Nueva expansión con la tercer década…

Los primeros años de la década del 30 encuentran a Conesa en plena efervescencia  por la instalación, en 1929, de una fábrica de azúcar de remolacha.
La instalación del ingenio San Lorenzo no fue una decisión improvisada ni carente de planificación. Variadas actividades económicas serían fruto de este proyecto: producción de alcohol, conservas, crías de credos con desperdicios, etc.
En plena actividad el ingenio elaboró, en 1936 2.320.000 kg. de azúcar con materia prima aportada no sólo por la zona de General Conesa sino también por Valcheta, Viedma y Pedro Luro. Sólo en río Negro su cultivo ocupaba unas 1000 Hs.

      7)… y decaimiento en la cuarta.

Estaba escrito que la bonanza no habría de durar.
Un virus se abatió sobre los cultivos, arruinándolos. Y el funcionamiento del ingenio, ahora sobre la base de remolacha de otras regiones, comenzó a verse seriamente afectado por el costo del transporte y el inconveniente del trasbordo a la trocha angosta de estación Vintter al ingenio.
Este grave factor vino a sumarse a algunas deficiencias que se había comenzado a notar con el transcurso del tiempo: el alto costo del riego mecánico, la falta de agilidad en los transportes, y una ajustada adaptación al clima local de las variedades de remolachas sembradas.
A partir de 1936 la molienda se había reducido en un 50%. Y si bien en 1939 la zafra y la molienda tienen un pico de recuperación, la suerte del ingenio ya estaba hachada: le fue fijada, por ley, una reducida cuota de producción dentro del marco de la crisis de sobreproducción por la que atravesaba el país. Y, finalmente, fue vendida y levantada en 1941.
Al parecer no fue ajeno al abandono total del ingenio- y su demolición- el interés, la presión, de los ingenios azucareros del norte del país. Dice al respecto el ingeniero San Martín que “la situación fue empeorando día a día y bajo la presión de los ingenios azucareros del norte, tuvo que aceptar el cierre de la fábrica , recibiendo por ello una prima anual equivalente a 70.0000 bolsas de azúcar la fábrica fue desmontada totalmente y vendida en parte a los ingenios del norte.


      8) las obras de riego: nueva etapa de expansión en la década del 50.

Recién con las obras de riego Conesa puede entrar en una etapa de expansión más sostenida. Aquellas se habilitan en 1951, parcialmente, y entonces la producción fruti-hortícola no tiene ya limitaciones de base. Sin embargo el explosivo crecimiento no se produce. Ni siquiera se ponen en producción todas las hectáreas susceptibles de riego: sólo 6.500 se trabajan sobre 9.800 hs. en 1970.
Y si en 1947 los habitantes urbanos de G. Conesa sumaban 1.117, en 1960 sólo llegan a 1701 pero alcanzando la cifra de 3.117 en 1970.
Si el progreso no fue más intenso se debió a la manifestación de otros factores limitantes y entre ellos, fundamentalmente, el de la comercialización.
Con todo, bodegas, aserraderos, plantas de empaque y clasificación, de extracto de tomates, conforman una base económica que permite progresar a G. Conesa sin prisa pero también sin pausa.




1 comentario:

  1. Los datos publicados son opiniones personales y referencias históricas que citan los autores, no siempre coinciden con la opinión de la administración del Museo.

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